miércoles, 10 de octubre de 2012

23.12


No sé porqué tanta paradoja,
para no abarcar nada de ningún tema.

A medida que pasa la vida , me doy cuenta
que contamos con todo menos con los dedos.

Nunca habría querido una relación en estos instantes
pero nunca habría acabado con las manos en su pelo dentro de un coche.

Y noto que la mayoría de parejas, relaciones o secciones de estas solo se conmueven por el espíritu consumista, como un cigarro, como algo tan temporal que esta fracasado, y que tengamos otros 19 cigarros en la cajetilla para saborear.

Y me imagino su barba, mientras yo le estiro del pelo y el sigue dentro de mi, que aunque sea un arrebato, majareto, indiscutiblemente narcisista y carnal..
no quiero que suceda con nadie que no sea conmigo.

Y aunque no me guste pensar así,
ni en sus ojos almendrados y en su barba recién esfumada,
no hay nada tan apetecible en cada momento que no sea él.

Y odia tantas cosas,
ese tipo de cosas que yo adoro de él ,
que me siento tumbada en un STOP con un semáforo en verde.

No hay comentarios: