Se que no me vas a decir nada bonito
con lo que pueda disfrutar en este instante.
Ni siquiera me vas a dar ocasión para
llevarte a mi terreno para ver que hago contigo.
Así que mirarme aquí indignada,
de repente me he ido a la otra parte
del mundo,
por una pregunta que fue mal
contestada.
Me gustaba que cantaras en mis sabanas
y que presumieses de mis pelos que guardas debajo del cojín.
Desespera y espera te digo mientras te
coges de mi mano,
Vuela, le susurro a mi pelo que parece
ser que es lo único que no esta petrificado en esta ocasión.
Ansiedades,
es lo que me van y me vienen de ti,
Putas y ansiosas, divertidas y
perpetuas, de las pulsaciones de tu corazón hablo.
¿ las oyes?
Contrasta la monotonía con un par de
días besándome en ningún banco,
deshechos es lo que somos.
Nunca había probado si cabían dos
cuerpos acostados en un banco,
menuda paradoja la de la vieja que
bendecía los arboles bajo la luna.
¿Sabes?
Algunas veces me desesperas por esperar
a importar y otras en cambio debería perderte.
No estoy acostumbrada a perder al menos
en estos campos magnéticos.
Tus posturas tu pelo y tu sudor en mi
cuerpo.
Digas lo que digas después de que yo
haya escrito esto ,
dudo que llegue a sonarme mal.
Creo que te haría tantas preguntas que
me molestarían tus respuestas que lo mejor es simplemente
preguntarte si la cosa forma parte del pasado.
No quiero mojarme en medio de la
tormenta,
y aun menos atormentarme por
casualidades éticas.
Desorden en el corazón y en la ropa
interior,
nunca fueron un buen conjunto.
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