martes, 10 de julio de 2012




Despedidas de noche ,
que nos convierten en sonámbulos omnipresentes.


Las intersecciones en el ACTO I
me dejaron descordinada,
tus apuestas ante los olores,
y los pequeños desperfectos que restan.


Las sumas de uno en uno que saben mejor que la gloria.

Nuestro numero eterno, el numero 8,
el infinito vertical y transversal.


Despiertas mis noches con gran inquietud,
y das pasos de paloma en medio de un cielo que quiere ser arrebatado por tus alas,
en realidad aún no te lo he dicho, pero odio a las palomas.


Me pueden tus rizos,
y tus inquietantes dedos pequeños.


Me gusta que no tengas los ojos verdes y que no los tengas tan oscuros como yo.


Me gusta que estés dispuesto a perder la vergüenza en una bicicleta de noche,
mientras utilizamos remedios para entendernos con este cielo que cambia de color ..


Me gusta que te guste el negro,
que mal gastemos nuestra suerte,
y que leas mi mente.


Adoro que seas un hominido desordenado,
y que tengamos un gen con una alteración al resto.


Me flirtea tu inquietud ante ubicar mi casa en tu mente.


Me río de las palabras que soltamos sin ningún remedio,
me gusta como te desenvuelves ante los grandes eventos.


Incluso me gusta no verte para querer hacerlo.


Me gusta que hablemos de la luna,
aunque nunca nos hubiéramos fijado tanto.


Me gusta que me descoloques y yo me reafirme con mis pequeñas naturalezas.


Me gusta ver que no se lo que esta pasando,
ni hacia donde va,
ni hacia donde iremos,
me gusta que simplemente quieras coger tu bici,
y desmarcarte en una noche para dejar que sea algo más negra que las demás.


Asi que gracias por tus caricias en la espalda al estilo Voldemort,
hoy me voy a dormir yo con una sonrisa,
por escribir algo de alguien,
que aún no le he escrito una tarjeta de navidad .

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